Tenemos la suerte de desearos un Feliz Día de Don Bosco con estas palabras de Chema (José María Blanco Alonso, vicepresidente de la Fundación JuanSoñador):

«El próximo 31 de enero la Fundación JuanSoñador celebra una fiesta muy entrañable para todas las personas que formamos parte de esta familia. Una fiesta en la que recordamos a quien es el mayor inspirador de nuestros sueños de una vida más digna para las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Y ese inspirador no es otro que Don Bosco, un santo que vivió hace más de un siglo pero que se tuvo que enfrentar a retos muy actuales y parecidos a los nuestros: el reto de las situaciones de pobreza, abandono y exclusión social de tantos niños/as y jóvenes, el reto del desempleo y la explotación laboral, el reto de la inmigración, apostando siempre por la educación integral, la formación, el empleo digno, la defensa de los derechos de las personas  a través de proyectos que eran a la vez casa, escuela, patio e iglesia, proyectos con sabor a familia, a acogida incondicional, a alegría, a fe en Dios y en las personas.

Y en este año en el que estamos viviendo una crisis sanitaria, social y económica que nos estremece, queremos mirar y celebrar a Don Bosco sobre todo como hombre de esperanza, que nos enseña a no desfallecer, a no tener miedo, a no perder la ilusión, ni las ganas de reír, de abrazarnos, de comprometernos, de soñar, de seguir creyendo en las personas y en una sociedad más justa. Él vivió momentos muy duros, incluida una terrible pandemia de cólera, pero siempre los afrontó con esperanza y siendo contagiador de esperanza para los demás. Una esperanza que nada tenía que ver con ser un iluso que vive en las nubes (tenía los pies bien afianzados en la tierra, con respuestas muy concretas a los problemas de su tiempo), ni con ser optimista o pesimista por carácter, sino con estar convencido de que lo que hacía valía la pena, porque quería de verdad a las personas a las que atendía, porque confiaba plenamente en el apoyo y compromiso de sus colaboradores/as, porque sabía que contaba con la guía y la fuerza de un Dios Padre y Madre que nunca abandona a sus hijos/as en mayor dificultad.

Nosotros hoy, como Don Bosco, queremos apostar también por la esperanza en un tiempo que invita más bien a lo contrario. Una esperanza reflejada en los ojos de ese niño o niña que acude a nuestras casas con ganas de aprender y pasarlo bien, en las manos de ese joven que se esfuerza por adquirir habilidades y lograr un empleo digno, en la sonrisa de esa educador/a que acoge a cada persona como si fuese la más importante de su vida, en el abrazo de ese compañero/a de equipo que te transmite que puedes contar con él/ella, en las palabras que alguien te envía por wasap comunicándote que ha logrado hacer su sueño realidad y te da las gracias, en la palmada cariñosa a la espalda de tu coordinador/a que te apoya cuando las cosas no salen bien y te anima a no rendirte.

Como a Don Bosco, nos mueve la esperanza y queremos con esta fiesta celebrar y transmitir a todas las personas con las que compartimos tanta vida, que hay motivos para la esperanza, motivos que a veces la cabeza no entiende, pero el corazón sí, sobre todo si es un corazón que late al ritmo de Don Bosco, al ritmo de JuanSoñador.»

¡Feliz Día de Don Bosco!

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