Mariola nos cuenta que llegó a la Fundación JuanSoñador un poco por casualidad y por suerte. Trabaja en Banco Mediolanum, que colabora con nosotras y nosotros en diferentes campañas de sensibilización y aportación económica. Después de estar presente en una charla de nuestra entidad en un acto del banco, pidió el contacto al asesor y decidió presentarse en la Fundación y exponernos que disponía de tiempo y quería colaborar como voluntaria.
Con 44 años colabora en los proyectos de Infancia de Vigo en el apoyo escolar, pero también hace colaboraciones puntuales en el área de Formación de Teranga. También es voluntaria en el Banco de alimentos y ha colaborado en campañas de recogida de ropa y juguetes.
Dice con seguridad que “el voluntariado me aporta más a mí que lo que yo pueda aportar”. Conversando sobre su experiencia como voluntaria habla de aprendizaje, de enriquecimiento e implicación personal. “Me ayuda a ser consciente de lo afortunada que soy. Te das cuenta de que solamente el hecho de nacer en una zona geográfica determinada ya marca tu vida. Creo que lo mínimo que puedo hacer es ofrecer mi tiempo. Muchas veces nos quejamos al llegar al trabajo y en realidad lo tenemos todo para ser felices y no lo sabemos valorar. El voluntariado te enseña mucho”.
Si alguien está pensando en hacer voluntariado: “Que lo haga. Es mucho lo que ganas, lo que te enriquece. Te ayuda a dar la mejor versión de ti misma. La recompensa a nivel personal vale mucho la pena.” Y “todos tenemos puntos fuertes, siempre hay algo que podemos hacer, aunque sea escuchar, que también es muy importante”.
Recuerda su primer día como voluntaria en la Fundación con nervios: “Empecé en abril y el curso estaba casi acabado. Estaban con los últimos temas y los exámenes de recuperación. Sentí que estaba “un poco perdida”. Pero la acogida por parte de todo el equipo fue muy buena. Para mí es un reto, pero estoy muy contenta”.
Y añade: “Me gusta mucho la forma en la que el equipo trabaja con los adolescentes, como se dirige a ellos, ese respeto. Creo que se trabaja muy bien la parte pedagógica. Esto es mucho más que “venir a hacer los deberes””.
Para terminar este ratito de charla comparte: “Me gustaría que la gente se concienciase, porque aunque los gobiernos y las multinacionales tienen parte de la responsabilidad, nosotros también la tenemos, tenemos que involucrarnos. Lo negativo no debe detenernos, también hay que pensar en lo bueno y pararse a pensar ¿Qué podemos hacer?” Muchas gracias Mariola, por tu tiempo, tus palabras, tu convicción y tus reflexiones compartidas. Y terminamos con tu frase “Es vivir, no sobrevivir” para reclamar de nuevo por aquí el derecho a una vida digna para todas y todos.