En Hogar Mamá Margarita el período navideño ha dejado un buen sabor de boca, y ha impregnado nuestros espacios de sensaciones de familia y comunidad a pesar de las fracturas que viven nuestras protagonistas. Tras la visita de los reyes magos y las suculentas comidas preparadas con el cariño de las familias, afrontamos el año 2023 con la misma energía con la que terminamos el año que vio nacer este proyecto.
En nuestra casa aparecen nuevos retos y preocupaciones; sabemos que el itinerario de Protección Internacional prevé unos tiempos y mecanismos para su cumplimiento. Nos marcamos objetivos relacionados con nuestras expectativas profesionales y las directrices institucionales; que ponen faros en el recorrido de todas las personas implicadas en este tipo de recursos.
Todo esto supone velocidad y urgencia, pero aún así, en las reuniones o charlas entre pasillos y al salir de nuestros turnos, figura un gran propósito. Y ahora, al comenzar un nuevo año, es preciso que nos detengamos un momento para reflexionar sobre ese propósito que nos acompaña desde el principio y que no queremos que se pierda de vista por la premura.
De manera transversal, la dignidad, humanidad y respeto acompañan cada acción, de cada integrante del equipo. Durante el acompañamiento a las personas que participan de nuestro hogar y lo enriquecen, la empatía y el reconocimiento son igual de importantes que la profesionalidad y el cumplimiento de nuestros objetivos marcados.
Por ello desde este equipo queremos compartir la importancia de hacer una pequeña pausa, con la excusa que sea, el año nuevo es la nuestra, y reflexionar sobre las formas de seguir cumpliendo esta promesa tácita en el día a día de nuestros proyectos y plataformas. El inmenso propósito de no convertirnos en herramientas, sino en personas que las contienen y ofrecen; de no trabajar con usuarios o números, de compartir parte del camino de otras personas acompañándolas con calidad humana.
#AcompañandoSueños #TransformandoRealidades
