Hoy, 7 de octubre, se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, y hemos tenido la suerte de poder hablar un ratito con Betty y con Ramón, personas participantes del área de Empleo, a quienes agradecemos su tiempo y la estupenda conversación que hemos compartido. Esperamos poder repetirla en el futuro, sobre algún otro tema, y, sobre todo, en persona.
Betty,
de Ourense, se vio sin trabajo a los 60 años, con 36 años de experiencia que sentía que no valían para nada. Nos cuenta:
“Te ves con una edad y ves que en lo que te has movido siempre ya no te encuentras segura ni cómoda, eso me presionó mucho… Ves que se cierra esa puerta y que no ves otra salida. También ves que hay beneficios para mayores de tanto, menores de cuanto, y queda un margen de gente que nos vemos con muy pocas posibilidades de trabajo…”
Sin embargo, ahora, con perspectiva, Betty dice que: “Se me cerró una puerta pero se me abrió el cielo. Siempre tuve la ilusión de trabajar con niños y se me ofreció la posibilidad de trabajar en el comedor escolar. Estoy con 8 niños de 4 años y es de lo mejor que me ha pasado en la vida. A veces vienen estos golpes, pero hay que confiar, si una puerta se cierra otra se va a abrir.”
Durante el tiempo que estás sin trabajo: “Tienes miedo y, a mi edad, me suponía un miedo a mayores. Mi pensamiento más grande, que me tenía bloqueada era “ya no sirvo para nada”. Lo que buscas es la OPORTUNIDAD de que alguien te deje demostrar, a pesar de tu edad, que puedes valer. Y aquí (en el programa Más Empleo de la Fundación JuanSoñador en Ourense) me lo han permitido. No han tenido en cuenta mi edad, han tenido en cuenta mi disposición, mis ganas de trabajar, mi ilusión… Alguien se ha parado conmigo a hablar y habrá descubierto en mí, que sí tenía posibilidades en ese puesto.”
Para Betty, esa oportunidad fue un momento clave: “En el momento que me dan la oportunidad me cambia el chip totalmente. Creo que en el fondo siempre tuve claro “yo sé que sirvo para más cosas”. Lo más importante es que hoy salgo de mi casa con mucha ilusión a trabajar. Con respeto y responsabilidad, porque trabajo con niños y en la situación que vivimos hay que extremar los cuidados y las precauciones, supone un reto más grande, pero yo tengo ilusión por intentarlo y mantenerme ahí.”
Con respecto a la Jornada por el Trabajo Decente Betty no tiene dudas: “El trabajo dignifica a la persona (si las condiciones son decentes). En mi experiencia, si el trabajo te engrandece como persona vale mucho más que ninguna otra cosa.”
También reflexiona sobre que: “Muchas veces nos conformamos con condiciones de trabajo lamentables, pero te conformas con lo que te dan porque es la única posibilidad que te ofrecen. Es una tristeza conocer algunas condiciones de trabajo, tipos de contrato… que siguen existiendo en muchísimas empresas. Yo creo que una empresa, a la hora de valorar a sus empleados, deberían considerarlos como la inversión más importante. Muchas veces se preocupan de tener las máquinas más modernas, los mejores sistemas y yo creo que la mejor “máquina” que tiene una empresa y a la que más tiene que cuidar son sus trabajadores.”
Y en este momento coge aire y nos cuenta emocionada: “Yo llevo poco tiempo trabajando en el comedor, pero ya he recibido varios mensajes animándome… y apoyándome… y felicitándome por lo que estoy haciendo. Tú no sabes lo que te llega eso… Que alguien valore lo que tú estás haciendo… Todo el mundo necesitamos una motivación y necesitamos que se nos reconozca el esfuerzo.”
Y finalizando la conversación, Betty reivindica: “Esta temporada, con toda esta situación, hay muchos trabajadores que han hecho un esfuerzo sobrehumano para llegar a todo y nadie se lo ha reconocido.” Y acordamos con ella que, desde aquí, a quien no se lo hayan dicho, a quien no se haya sentido suficientemente valorado o valorada por todos sus esfuerzos, queremos hacerle llegar ese mensaje de agradecimiento y de apoyo. Y queremos hacérselo llegar con toda la emoción con la que Betty lo transmite. ¡GRACIAS!
También pudimos hablar con
Ramón,
de Valladolid, cuya historia parece la otra cara de la moneda (Ramón no tenía experiencia y tan solo tenía 17 años cuando empezó su camino laboral, hace dos años) pero una vez más, una oportunidad vuelve a ser clave.
Ramón nos coge el teléfono esta misma mañana y nos saluda con una alegría que, casi sin que te des cuenta, se te contagia. Cuando empieza a contarnos su experiencia, nos dice:
“Soy muy social, me gusta el trato con la gente y siempre me sentí muy cómodo detrás de una barra. Me formé en hostelería y me esmeré para aprender cada día más.
Entré de prácticas en el Hotel El Coloquio de los Perros. Estuve un mes y aprendí muchísimo. Alguna vez me decían que me podía ir una hora antes porque no había jaleo, pero yo siempre les decía que quería quedarme hasta el final, que cada minuto era un minuto más para mi experiencia laboral, porque aprendía muchísimo con ellos.”
El entusiasmo que transmite Ramón contándolo se mantiene durante toda la conversación: “Después de ese mes me contrataron y yo estaba muy ilusionado y súper emocionado. Porque la verdad es que, que alguien te de la OPORTUNIDAD de que puedan ver tus destrezas, y te den la oportunidad de trabajar con ellos, y encima con 17 años que solo podía estar hasta las diez de la noche, pues la verdad es que fue un lujo para mí. Mi encargado me enseñó muchísimo y apostó muchísimo por mí, mis jefes también apostaron por mí y mis compañeros me apoyaron un montón.”
Y con orgullo, continúa: “Y después de un año ya me hicieron fijo. Y estoy allí muy habituado, muy bien y súper cómodo.”
Y todavía le queda un mensaje que quiere compartir: “Yo aconsejaría a otros jóvenes como yo que no se dieran por vencido, que sigan para adelante y que lo hagan con muchísimas ganas y con una sonrisa. Que nadie se rinda y que la gente se forme. Formándose con gente como el equipo de Despega de JuanSoñador Valladolid te ayuda muchísimo para el futuro, vas creando tus contactos, tus amistades y ayuda un montón.”
Ahora, con 19 años, Ramón sigue trabajando en el mismo hotel, con la misma ilusión y siempre con la sonrisa puesta.
Edurne Cerrato,
Coordinadora Territorial del Área de Empleo Asturias-Castilla y León de la Fundación JuanSoñador, apunta: “Queremos agradecer también los esfuerzos de las empresas que apuestan por el trabajo decente, también en estas circunstancias tan difíciles, que las hay. Y a aquellas que conocemos de primera mano, y que siguen colaborando con nuestros proyectos, dando oportunidades, recibiendo a personas en prácticas…” Y añade: “Y, por supuesto, seguimos defendiendo esa ilusión que transmiten Betty y Ramón, y el derecho de todas las personas a tener unas condiciones de trabajo decentes, independientemente de su edad, su experiencia o su momento vital.”
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