Cuando la vulnerabilidad social es leve, puede ser suficiente con intervenciones puntuales ceñidas a la utilización de los recursos para volver al espacio de la “normalización” (por ejemplo: la mejora del grado de empleabilidad a través de una acción formativa). Pero cuando se trata de exclusión o, incluso de vulnerabilidad social profunda, asociada a múltiples causas (diferencias culturales, monomarentalidad, ausencia de redes de apoyo, salud mental, discapacidad, analfabetismo…), las desventajas se suman y se multiplican; la iniciativa de las personas, sujetos sociales, deja de ser contemplada, por que se presupone que no la tienen. Al no coincidir los objetivos del sistema institucional con sus necesidades, son situadas en un ámbito asistencial, que al no incidir sobre las causas sino sobre el problema, cronificando así la exclusión hasta hacerla insoportable.
Cuando la vulnerabilidad social es múltiple y es extrema, los cauces normalizados de inclusión se vuelven restrictivos e ineficaces para estas personas, y hay que pasar a otros medios que contemplen a la persona en su unicidad, en sus múltiples facetas de vulnerabilidad, y se adapten a las diferentes variantes. Si queremos una intervención normalizada que contemple la diversidad, esta tiene que centrarse en la unicidad. La persona, única, como sujeto activo de su inserción social, tiene que ser la protagonista principal en las estrategias de inclusión.
Como educadoras sociales en el trato a personas en situación de vulnerabilidad extrema, aplicamos el principio tercero del código deontológico de ASEDES: “Principio de justicia social. La actuación del educador/a social se basará en el derecho al acceso que tiene cualquier persona que viva en nuestra comunidad, al uso y disfrute de los servicios sociales, educativos y culturales en un marco del Estado Social Democrático de Derecho y no en razones de beneficencia o caridad. (…) desde el proceso de la acción socioeducativa se actúe siempre con el objetivo del pleno e integral desarrollo y bienestar de las personas, los grupos y la comunidad, interviniendo no sólo en las situaciones críticas sino en la globalidad de la vida cotidiana”
Que sí, que se debe dar pan a los hambrientos, abrigo a los aterecidos, techo a quien no tenga refugio, pero ¿qué techo?, ¿el techo que yo digo? ¿O tu techo al que llamar hogar?
Si nos quedásemos exclusivamente en esto incurriríamos en errores de diagnóstico y por lo tanto de solución. Los procesos de exclusión social van más allá de la precariedad económica y se encuentran ligados a problemas de relación social, de autonomía personal, de relaciones personales, convivenciales y, en general, a problemas en el entorno social. Así, la exclusión social implica aquellas situaciones en las que la persona tiene serias dificultades para acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción comunitaria. En este sentido, la exclusión podría estar vinculada as variadas situaciones, una de las cuales podría ser la privación en términos económicos.
Desde Fundación JuanSoñador, sin olvidar todas las aristas de la necesidad, somos unas convencidas del cómo y el por dónde. Al hablar de derecho de acceso, de justicia social, queremos lanzar un alegato en favor del proceso, no de la meta. Es bueno llegar a algún sitio, pero más importante todavía es conocer el camino que se ha hecho. Conocer el camino, significa mantenerlo en el tiempo, significa perderse un momento y poder retomarlo. Y se conoce porque fue recorrido por los propios pies de cada persona, con apoyos, con servicios, con recursos, sí, pero que nadie puede realizar por otro alguien.
Este proceso es lo que llamamos Itinerarios Integrales de Inserción Sociolaboral, asentados en diferentes objetivos y acciones individualizadas, a través de una metodología concreta y basada en unos principios que caracterizan nuestra acción socioeducativa desde la diversidad, desde la unicidad.
En Galicia, a través del Programa Teranga se llevan a cabo varios itinerarios integrales de inserción sociolaboral, entre otros están los
Itinerarios Integrados de Empleo para personas migrantes en situación de especial vulnerabilidad, financiados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y cofinanciados por el Fondo Social Europeo (Convocatoria 2020).
La Fundación JuanSoñador viene desarrollando, desde el año 2009, estos itinerarios desde el Programa Teranga en Galicia (de atención integral a personas migrantes) y en colaboración a nivel estatal con otras entidades de Plataformas Sociales Salesianas. Estos itinerarios, adaptados desde la perspectiva intercultural, favorecen una mayor empleabilidad de las personas migrantes y conllevan también un trabajo de prospección e intermediación con empresas, facilitando así la inserción laboral.
En estos 12 años, cerca de 2.500 personas han hecho un itinerario integrado de empleo con Fundación JuanSoñador en Galicia. Esta experiencia adquirida es garante de sus buenas prácticas y de su lucha por los derechos laborales y un futuro digno para las personas migrantes.
Este año 2021 la Fundación JuanSoñador en Galicia llevará a cabo 120 nuevos itinerarios integrados de empleo para personas migrantes en especial vulnerabilidad, desarrollados en las ciudades de Vigo, Ourense y A Coruña, con un contenido adaptado al diagnóstico que se haga de cada participante, abarcando temas desde la orientación laboral para la mejora de la empleabilidad de las personas, la mediación e intermediación laboral, la prospección en empresas, gestión de bolsa de empleo propia, y gestión de ofertas y seguimiento de inserciones laborales, además de ña formación. Dentro de esta, se realizarán varios talleres de “Uso de redes de empleo”, “Igualdad de oportunidades y no discriminación en el empleo”; charlas sobre “Seguridad laboral y medidas de prevención frente a la Covid-19”; cursos de Higiene alimentaria para la manipulación de alimentos”; y cursos de “Limpieza, tratamiento y mantenimiento de suelos, paredes y techos en edificios y locales”.
Porque estamos a favor del proceso y no en la meta; porque creemos en el camino, y en las personas como agentes principales de su vida; porque creemos que ayudar a las personas a cubrir sus necesidades tiene siempre que ir acompañado de la incidencia para que las estrategias sociales que mantienen a las personas en exclusión cambien; porque creemos en lo diverso como riqueza y porque creemos que en la diversidad hay que atender a la unicidad, por todo esto y por más, seguimos Acompañando sueños y Transformando realidades. JUANSOÑADOR POR EL EMPLEO DIGNO.