El 31 de enero es un día muy especial para todas aquellas personas que formamos parte de la familia salesiana. En este último día del primer mes del año es cuando hacemos una pausa en nuestro devenir diario para celebrar el día de Don Bosco. En esta ocasión recordamos que hace ya 135 años de su muerte y que, pese a esto, su obra continúa llena de vida en cada uno de nuestros programas.
Uno de sus grandes legados ha sido el desarrollo de un sistema pedagógico moderno conocido como: sistema preventivo para la formación de las/os niñas/os y jóvenes y, también, la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada. En definitiva, Don Bosco fue y sigue siendo el faro que ilumina el trabajo realizado desde todos y cada uno de los recursos de los que formamos parte.
Como hemos expuesto, el 31 de enero es un día para celebrar y para reflexionar sobre el marco en el que nos encuadramos como equipo profesional de la obra salesiana. Es por esto que, todas las personas que formamos parte de la Plataforma de Ourense, nos hemos reunido para honrar a nuestro guía.
Sobre las 11:00 de la mañana nos encontramos en las instalaciones de Plaza Don Bosco. Allí disfrutamos de un chocolate bien calentito al mismo tiempo que Antonio –director de la obra salesiana- nos confortaba recordando la figura de Juan Bosco; su obra, y la forma en que perdura esta en nuestro quehacer.
A continuación, nos sacamos la ya tradicional foto con la estatua de Don Bosco y nos fuimos paseando hasta las nuevas instalaciones de JuanSoñador en la ciudad de Ourense. Instalaciones que representan la continua expansión de la obra de nuestro patrón y la ilusión por seguir pudiendo acompañar a las personas que más lo necesitan. Estos encuentros son mágicos ya que nos permiten tomar conciencia de los pilares que sostienen nuestra intervención y, porque, gracias a estos, nos conocemos un poquito mejor como equipo.