Los distintos programas de la Fundación JuanSoñador en A Coruña ya están disfrutando del verano y el buen tiempo con múltiples salidas de ocio y visitas culturales por toda la ciudad.
Comenzamos con las mujeres participantes en el Proyecto Malaikas que aprovecharon un día de sol totalmente despejado para visitar la Torre de Hércules y después acudir a la playa para darse un chapuzón y compartir un día juntas disfrutando del entorno de la ciudad y creando lazos difícil de olvidar. ¡Ya están planeando la siguiente!
El grupo Círculos de Mujeres no se queda atrás. Fueron a conocer la vida de una de las mujeres referentes de la ciudad, María Pita, a la casa-museo donde vivió y desde donde defendió la ciudad del asedio de la flota inglesa en el siglo XVI. Tras conocer la historia de esta heroína tomamos rumbo a uno de los parques de la ciudad para compartir una merienda con productos tradicionales gallegos como la empanada y otros manjares procedentes de los países de las mujeres participantes. Sin duda, la diversidad del grupo nos aporta una riqueza intercultural que beneficia al grupo de mujeres aportándonos vivencias y experiencias que superan la división territorial de las fronteras.
Desde el Proyecto FAIN se están llevando a cabo actividades comunitarias donde conocer los recursos de la ciudad. Hace unos días visitaron el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. Fue una visita guiada con perspectiva de género donde se pudo visibilizar a las mujeres en la ciencia cuyos inventos y descubrimientos fueron de gran importancia. Cabe destacar la figura de la inventora de la enciclopedia mecánica, Ángela Ruiz Robles que desarrolló su labor docente en Ferrol, y cuyo invento no tuvo en aquella época el reconocimiento que merecía.
Además de estas salidas y visitas, también hubo tiempo de realizar talleres de autocuidado y crecimiento personal para fomentar la toma de conciencia, promover un autoconcepto positivo para sentirse las protagonistas de sus relatos vitales y para tejer redes de apoyo basadas en la sororidad.
“Me atrevería aventurar que Anónimo, que tantos poemas escribió sin firmarlos, era a menudo una mujer” Una habitación propia, Virginia Woolf