Manifiesto de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente
“Sin compromiso no hay trabajo decente”
Un año más, las organizaciones que formamos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) convocamos a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta.
Los últimos avances en el mundo del trabajo, fruto de la negociación y el acuerdo social, han supuesto políticas concretas que, siguiendo las orientaciones de la OIT, atienden a una recuperación centrada en las personas y en el trabajo decente. Aunque la senda iniciada es positiva, aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad de derechos vinculados al trabajo en nuestro país. Tu compromiso y el de quienes somos sensibles a estas situaciones, son una respuesta necesaria para un empleo de calidad.
I. Hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un trabajo decente. El alto paro estructural nos exige trabajar por la creación de empleo para garantizar el derecho al trabajo. Las condiciones de trabajo siguen siendo de carácter precario para miles de personas trabajadoras, fundamentalmente para las mujeres y para las personas jóvenes. Es necesario seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que estas sean decentes. Un compromiso que deben fortalecer, cada uno desde su responsabilidad y su misión, el gobierno y los agentes socioeconómicos, en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras.
II. En este sentido, apoyamos la propuesta del papa Francisco de estudiar la reducción de la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente; y consideramos que debe aflorar el trabajo que se desarrolle en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente. Además, mientras no se garantice el derecho a un trabajo decente, se necesita articular redes de solidaridad más ágiles y accesibles que permitan asegurar, frente al descarte y la exclusión, un mínimo imprescindible para la vida digna.
III. Así mismo, para garantizar el acceso a un trabajo decente de medio millón de trabajadores y trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular, desde ITD nos sumamos a la ILP (Iniciativa Legislativa Popular)promovida por la plataforma #RegularizaciónYA que, independientemente de los avances incluidos en la reciente reforma del reglamento de extranjería, entiende que es urgente una regularización en los términos más amplios posibles.
IV. Es un escándalo que dos personas trabajadoras mueran todos los días en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo. El trabajo no es para la muerte, sino para la vida y, por tanto, nos resulta inaplazable que este tema se incorpore a la agenda política, se atiendan las causas que provocan esta “tragedia tan extendida”, en palabras del papa Francisco, y se busquen soluciones a este drama de tantas familias trabajadoras, que se puede evitar.
Finalmente, como decimos en el lema de este año, sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente. Por ello,convocamos y animamos a movernos por el trabajo decente en esta Jornada Mundial, a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión. Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente.
PROGRAMACIÓN 6-7 DE OCTUBRE EN LUGO:
NOTA DE PRENSA. Jornada Mundial por el Trabajo Decente. 7 de octubre.
Iglesia por un Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural
El Gobierno y los agentes socioeconómicos deben comprometerse con el empleo de calidad
ITD se suma, por 8º año consecutivo, a esta Jornada con la convocatoria de actos por el trabajo decente en plazas y parroquias
Madrid, 29 de septiembre de 2022. La actual situación inflacionista, provocada inicialmente por el aumento desmesurado los beneficios de las empresas de energía, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia. Con una tasa de desempleo de más del 12 por ciento, la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) denuncia que “aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad vinculados al trabajo en nuestro país”.
En su manifiesto, “Sin compromiso no hay trabajo decente”, hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre – “para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta”-, subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.
Es el caso de Rosa Casillas. Al igual que muchos jóvenes en nuestro país, esta educadora ambiental hace malabares todos los meses para llegar a fin de mes. “Es una situación que vivo con agobio, ya que hay semanas que compagino cuatro trabajos, uno más estable por las mañanas y otros por las tardes y fines de semana. Es frustrante ver cómo a veces ni con todo mi esfuerzo es suficiente para ahorrar por si viene un mes malo. La temporalidad, el pluriempleo, la inestabilidad horaria. No entiendo por qué las jóvenes tenemos que sufrir una precariedad tan denigrante para intentar tener una vida digna”.
Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política la atención de las causas que provocan esta “tragedia tan extendida” de siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.
Para ello, hace un llamamiento “al Gobierno y a los agentes socioeconómicos a comprometerse con el empleo de calidad en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras”. “El compromiso de quienes son sensibles a estas situaciones son una respuesta necesaria”, subraya.
En este sentido, la iniciativa urge analizar la propuesta del papa Francisco de reducir la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente. Asimismo, considera que debe “aflorar el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente”.
Siguiendo el lema “Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente”, ITD anima a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis. “Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente”, pide la iniciativa en su manifiesto.
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».
DATOS SOBRE LA SITUACIÓN DEL EMPLEO
Población en riesgo de pobreza y exclusión: 13,2 millones de personas (27,8%).
En riesgo de pobreza por las condiciones laborales (baja intensidad del empleo): 11,6%.
Ocupados: 20,4 millones de trabajadores y de trabajadoras.
Contratos indefinidos a tiempo completo: 13,4 millones de trabajadores y trabajadoras.
Contratos temporales: 3,8 millones (22,3%).
Contratos a tiempo parcial: 2,5 millones (14,7%).
Parados: 2,9 millones de personas (12,5%). Hombres: 1,3 millones (11%); mujeres: 1,6 millones (14,2); jóvenes (16-24 años) 15,8 %.
Hogares con todos sus miembros en paro: 990.000.
Salarios: los salarios pactados en convenio colectivo crecen actualmente al 2,56% frente a una inflación superior al 10%. (-8 puntos de pérdida de poder adquisitivo).
Siniestralidad laboral: 611 personas trabajadoras muertas en accidente laboral (2021).